se
sacude y patea
Calla
todavía
Respira
Nada
como un pez en el néctar sagrado
Afuera,
lo brazos que la esperan
Adentro,
el corazón almendrado
de
un sueño dulce
buscado
Arriba,
nueve lunas hambrientas
Abajo,
el reloj carnal, sanguíneo
con
sus agujas inquietas
tejiendo
los latidos
del
cordón que la aferra
la
recibe a la vida
Del
inminente encuentro
Del
llanto y de la risa
De
la próxima aurora
De
las próximas noches
desveladas
y alertas
De
la piel, del deseo, la boca, los senos,
la
leche, el ombligo,
del
vientre completo.
Todo
a la espera
Todo
a las manos abiertas
Todo
al amor, al nido, a los brazos…
Todo
esperando.